dimarts, 21 de juny del 2011

The Aggressors - Reggae - Steadae - Go (1970)




Whisky & Soda
Wonderful World, Beautiful People
Stop Teasing
The Way You Do
You Got Soul
Liquidator
Return Of Django
Cradle Days
Angle Of The Morning
Soul Of The Jungle
Dark End Of The Street
Cupid

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dimecres, 1 de juny del 2011

Yo Fui #1: Quique Gallart (Skatalà)

Quique amb 17-18 anys


¿Dónde estabas tú en el 77?
En el 77 tenía entre 17-18 años y estaría a caballo entre el COU y el 1º curso de Ingenieros Industriales que nunca llegué a superar. También trabajaba de dependiente y auxiliar en una farmacia de Calafell. Hacía un año que había visitado unas 10 capitales europeas, incluida Londres, en las cuales no supe ver ningún resquicio del punk, a pesar de haberlas pateado de arriba abajo… En el plano personal, estaba integrado en lo que entonces se llamaba pasotas o freakies (por el cómic de Gilbert Shelton, no por los anormales que aparecen ahora por la tv), una especie de descreídos hedonistas, con cierta imagen post hippy pero con una actitud mucho más urbana y gamberra que abusábamos de todo y que musicalmente nos refugiábamos en la música de bandas como New York Dolls, Slade, Stooges, Velvet Underground, MC5 o Ramones.

Eres de los primeros skins certificados (o el primero) en tu ciudad. ¿Cómo, cuándo y por qué entraste en contacto con tu subcultura? ¿Y a qué edad firmaste?
El salto definitivo lo di en 1980, yo tenía 20-21 años y necesitaba alguna motivación para tirar adelante. La música de mediados de los 70 me había matado anímicamente y el mensaje catastrofista del No Future del punk y las depres de los bajones de anfetas, unido a la muerte de diversos colegas por abuso del jaco, estaban a punto de acabar conmigo. Y entonces apareció Jerry Dammers y sus Specials y aquello unido al viento fresco de los primeros discos de Oi! dio un giro a mi vida. Aquellas canciones me comunicaban temas que yo entendía, vivía y sufría y además eran interpretadas por gente de mi misma edad. Sólo faltó que conociese a François “Roudoudou”, un skin parisino, primo de un amigo mío para acabar de cerrar el círculo.

¿Formaste parte de algún otro culto antes del skin, o fue éste tu primer amor?
Puesto que a pesar de tener muchos puntos en común no me puedo considerar un skin de facto hasta los 20 años, es evidente que entre los 15 y los 19 fui dando tumbos como un poseso de un lado para otro intentando encontrar una identidad satisfactoria. Así pasé los últimos años de la dictadura y los primeros de la transición, entre el jazz y la contracultura, el rock urbano y el nihilismo o la nueva ola y el hedonismo sesentero, muchas veces mezclado, muchas otras revuelto pero nunca destacando como militante activo en ninguna de las facetas.

¿Qué recuerdas del momento concreto en que pasaste a ser Uno de Ellos?
No puedo decir que en mi caso existiese un momento concreto. Esto es una característica que se empieza a dar a partir de mediados de los noventa con la aparición de Internet. Entonces era impensable que alguien apareciese un sábado con un look determinado y al sábado siguiente convertido en un skin. Las cosas no funcionaban así y nadie lo hubiese tolerado tampoco.

¿En qué situación recuerdas que se encontraba la subcultura urbana, o la cultura rock’n’roll, cuando tú te empezaste a sentir atraído por ella?
Supongo que te refieres al momento en que yo empecé a moverme por ahí como un skin. En esos primeros 80s funcionaba a tope el “do it yourself”, el “búscate la vida”, la improvisación estaba al orden del día y la imaginación era mucho más fructífera que lo que parece ahora. Los fanzines se hacían con máquina de escribir o a mano, las ilustraciones se fotocopiaban, luego se recortaban y se pegaban y ya tenías la maqueta para empezar la edición. Todo era muy lento, las entrevistas se hacían por correo convencional, así que era corriente leer una entrevista a un grupo que hacía meses que había desaparecido. Algunos de esos fanzines eran “Vegetales Podridos”, “Último Grito”, “Destruye”, “Gritos de Unidad”,… Los grupos no tenían los conocimientos (ni los querían) que tienen ahora y la gran mayoría eran autodidactas. Los locales de ensayo eran tugurios infames y las salas no eran mucho mejores. De aquella época recuerdo el Década en la c/ Galileo de Sants, el Garage de San Ramón en la c/ Rius i Carrió de l’Hospitalet, el Texas (actual Sidecar) en la Pça Reial, El Lipstick (actual cine Verdi) en la c/ Verdi… Los grupos eran siempre de colegas, Kangrena, Clinic Humanoyds, Decibelios, 1984, Frenopaticss, Último Resorte, Attak… Los bares que iban los punks eran el Patatas (c/ dels Àngels), el Rivolta (c/ Hospital), el Bugui (c/ del Vidre), el Castañeira aka Moscas, aka Guarros, aka Joserdo (c/ de les Caputxes),… Los mods se movían por el Boira (c/ Amigó), el Bobbys (en la Diagonal), el Pabellón (Pg de Sant Joan) y sus grupos se limitaban a unos primerizos Brighton 64…

¿Cuál era la reacción de la gente corriente a tu imagen? ¿Violencia, pitorreo, asombro, admiración...?
Probablemente la reacción mayoritaria entre la gente “corriente” era una mezcla de asombro/rechazo al 50% que como puedes suponer te cargaba las pilas y la autoestima hasta unos niveles insospechados. Violencia y pitorreo, se daban en muy pocos casos y cuando tienes 20 años y eres el único skin de tu ciudad tienes que defenderte agresivamente para que la gente comprenda que vas en serio. Dado que mi actitud solía ser bastante desafiante, mucha gente se asustaba e incluso notaba cómo se cambiaban de acera a mi paso. Bien! Eso era lo que pretendía precisamente…

¿Existían, según lo recuerdas, enemistades entre las distintas bandas juveniles?
¡Jajajaja! Hubiera sido la bomba si, siendo el único skin en Barna, encima me hubiese liado a ostias con las otras peñas. De hecho estuve los primeros años (1979-1982) moviéndome entre las bandas de punks (Boliche, Pa, Damned, Poly, Cheity, Requiem, Dimoni, Panko, Xavi Shock,..) y mods (Ringo, Navarro, Patty, Juan Carlos, Jorge, Alex, Felipe, Karim..) del momento pues era la única manera de escuchar la música que me gustaba. A los punks les molaba el Oi! y a los mods la 2Tone y yo también me sentía a gusto entre dos aguas, la actitud del punk y el estilo de los mods. Ciertamente, había problemas cruzados esporádicamente, punks contra mods, heavies contra punks, rockers contra todos, pero también habían elementos significativos en cada uno de esos grupos que congeniaban sin problemas con las otras partes y afortunadamente habían (habíamos) evitado más de una pelea.

¿Se diferenciaba mucho el ambiente skin de extrarradio del urbano?
No por su inexistencia y el poco que apareció antes de la mitad de los 80s se desarrollaba bajo los mismos parámetros musicales, estéticos e ideológicos así que solíamos juntarnos sin ningún tipo de problemas. Con algunos de ellos seguimos manteniendo una buena amistad actualmente.

¿Cuándo y cómo recuerdas empezar a sentirte acompañado? Es decir: ¿Cuando empezaron a afiliarse nuevos miembros a tu club? ¿Quiénes eran?
A parte de François “Roudoudou” que solía pasar sus vacaciones en Catalunya, no entré en contacto con Fray hasta el otoño del 81 aunque se metió de lleno en poco tiempo. Después en el 82 aparecieron 3 adolescentes más, dos ingleses Patrick y Phil y un holandés Pit cuyos viejos vivían en Barna y también ese año se sumó el Martins (rip) de Camp de l’Arpa. A finales del 82, Juan Carlos “el Rana” se pasó de los mods a los skins y “el Vasco” (rip) hizo lo mismo desde los punks. El resto de los Decibelios no adoptaron esa imagen hasta mediados del 83 aunque creo que lo hicieron más impulsados por Fray que por su propio convencimiento. A partir de ahí, empezaron a desarrollarse los grupos de Sta Coloma ( Joanot y la peña de Olor Insoportable), de Nou Barris (el Skimet, el Fucker, el Sami, el Sapo) y de Gràcia (Jorgito y los hermanos Edgar y Roger) muy relacionados entre ellos. A finales del 84, la cosa ya empezó a expandirse por el resto del Estado.

¿Puedes definirnos tu look en tu época de skin primerizo?
Clásico Oi! de los 80s: cabeza rapada al uno, sin patillas, camiseta o Fred Perry por dentro del pantalón, tejano y descolorido con lejía y con el dobladillo enrollado por lo menos 4 dedos por encima del tobillo, los tirantes colgando a cada lado del pantalón, botas militares (las Martens llegaron después) y bomber de color kaki.

¿Cuáles eran tus pasiones entonces? ¿Qué discos te chiflaban?
Mis pasiones eran básicas, tanto que, en general, siguen siendo las mismas hoy en día: música, futbol, cerveza, tattoos, sexo, aunque con la edad he sumado también los viajes en moto, el termalismo y las excursiones por la montaña. Los discos que me volvían loco por esa época eran los de Cockney Rejects, Specials, Sham 69, Bad Manners, Business, Madness, Jam, The Beat, Stiff Little Fingers, Selecter, Angelic Upstarts,…

¿Bailábais?
Yo nunca he sido un bailarín y tengo que estar empapuzado para mover el esqueleto. Por desgracia, con el alcohol la coordinación no es que mejore mucho claro jaja De todas formas, en esa época, era habitual practicar pogos incluso al ritmo del ska de la 2Tone y yo siempre he huido de los pogos como de la peste. Por lo menos, a partir del tercer par de gafas que me rompieron “bailando”…

¿Había muchas chicas, o lo recuerdas como un entorno más bien masculino?
Está claro que cuando yo empecé no había ni una sola chica puesto que yo era el único tío que iba de ese palo. Después fueron apareciendo algunas con cuentagotas, la Vindi de Olor Insoportable en Sta Coloma, la Judit –mi compañera- en el Gòtic y así hasta una decena como mucho a mediados de los 80s. Desolador, de todas formas el panorama no era exclusivamente masculino pues entonces no estábamos tan encapsulados como ahora y solíamos entendernos con las chicas punks y mods que eran bastante más abundantes.

¿Todavía te sientes skin? Si la respuesta es no: ¿Por qué te distanciaste de tu subcultura?
Si, por supuesto, siempre me creí eso tan manido del “way of life” y siempre he intentado mantener el contacto con las nuevas generaciones que han ido surgiendo aunque no me siento parte de su escena. De alguna manera, mi participación activa en diversos proyectos me ha facilitado mucho mantenerme al día, por ejemplo haber sido cantante de Skatalà, haber colaborado y codirigido el skazine FBI, haber participado y codirigido el sello Sock It Records, haber sido socio durante años de la promotora Super Ska Shooter o mi etapa actual con la marca de camisetas Uptight.

¿Qué piensas de las generaciones que han continuado la tradición en las décadas posteriores?
Hace años que esto dejó de ser un movimiento musical, primero por culpa de la politización extrema que separó a la gente de los orígenes y después por el efecto rebote de ese distanciamiento. Entonces comenzó una búsqueda frenética y enfermiza de todo lo que se consideraba "auténtico y original", desembocando en un mercado falso y sobredimensionado, con unos precios abusivos muy poco característicos del espíritu de la working class... Parece ser que cuanto más malo es el single musicalmente hablando, más caro es en eBay y más auténtico el "skin" que lo posee. Esto hace que los que no se enteran de la música (la mayoría), se dediquen a ampliar sus armarios al mismo ritmo que Paris Hilton... Una pena, nunca pensé que el rollo skin llegara a convertirse en una moda tan banalizada. La generalización rompe los códigos y los vacía de contenido, es así como lo veo. El romanticismo ha desaparecido engullido por la globalización de la sociedad de consumo. Donde antes había actitud, ahora hay simple estilismo. Sé que hablo como un tío mayor pero es que soy un tío mayor, voy a por los 51 años y me duele la clonización actual. No me hice skin por ser igual que mis amigos, sino precisamente porque ninguno de ellos lo era. Antes nos ganábamos el respeto en la calle, día a día, la gente no estaba acostumbrada a ver tíos rapados y ya ni te hablo de los tattoos!! Ahora todo es una cuestión del dinero que tengas, muy penoso... En fin, lo que más pena me da es que, en parte, me siento responsable del auge de todos esos pseudoskins que corren por ahí aunque eso está muy lejos de lo que yo hubiera deseado... Francamente, salvando algunas honrosas excepciones, en general lo que más me recuerdan es a todos esos chavalitos monos de clase alta obsesionados por las marcas que ya odiaba desde que era joven...



(Quique Gallart es, por supuesto, el mítico -aunque bien real- Primer Skinhead de Barcelona, y fundador de los también míticos Skatalá. Uno pondría "mítico" en cada frase dedicada a él, así que mejor parar. También co-dirigió el seminal fanzine ska FBI y en la actualidad es co-propietario de la linea de camisetas Uptight 65)